Su obra, rebosante de detalles y protagonizada en su mayoría por personajes femeninos aniñados de enormes ojos, nos traslada a un universo paralelo, a un surrealismo mágico a través del concepto de un «Mundo Espejo» perdido entre el sueño y la vigilia donde especies extinguidas, criaturas fantásticas y entrañables serenatas cargadas de simbolismo que acentúan la narrativa tratan de mantener un diálogo con el espectador. Te miran y te interrogan…. «Algo en tu mundo no está bien…». 

Su arte es claramente feminista y emocional. La artista pinta mujeres fuertes y dulces a la vez, luchadoras pero también soñadoras, que emergen de su paleta de colores pastel donde predominan los tonos rosas, dispuestas a romper con el canon establecido…. «El rosa no es sólo para las princesas».

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