A través del juego lumínico de luces y sombras, de foco y contraluz, en una puesta en escena casi teatral, el conjunto de mi obra hunde sus raíces en un lenguaje surrealista, onírico, simbólico que lanza sin filtros y sin que medien razones, ni razón, las imágenes que rescato de los recovecos del inconsciente. 

Personajes tan tiernas como inquietantes, en entornos aislados y representadas en su propia existencia, crean por momentos una mitología personal dentro de este universo inconsciente. Muchos de ellos con apariencia inocente, en una mirada detenida, nos desvela ese niño, con frecuencia herido, que en todos habita. Este reconocimiento inmediato provoca una interpretación que oscila entre la dulzura creadora y la potencia nociva en una dualidad presente en la naturaleza misma, tan bella como destructora.

La verdad estética de mis metáforas visuales parte de una verdad íntima, atraída desde siempre por el mundo emocional, por mi curiosidad e inquietud hacia el universo personal que anida dentro de nosotros y que ejerce de disparador de la obra, como resorte, al mismo tiempo, de un proceso catártico de propia transmutación interna.

Autodidacta, no limito mi creación a una técnica u otra. El itinerario de mi producción es, en cierta medida, atípico e inverso. Paso de un trabajo 100% digital a mi actual experimentación con técnicas tradicionales en pintura, principalmente en óleos sobre madera y doy el paso a las tres dimensiones llevando a los personajes de mi universo a Art Toys, Sculpture Toys y esculturas.

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