Concibo la fotografía como la pintura, un lienzo en blanco donde puedo plasmar emociones
Mi curiosidad por la fotografía llega en el año 2015, de casualidad, cuando me prestan una cámara de fotos y descubro la profundidad de campo al fotografiar una flor. Desde entonces, la cámara siempre me ha acompañado. En el año 2019 empiezo a estudiar fotografía en la escuela Too many flash y es ahí cuando encuentro mi verdadera pasión, el autorretrato.
Concibo la fotografía como la pintura, un lienzo en blanco donde puedo plasmar emociones. Mi proceso creativo es experimental, me dejo llevar por cómo me siento en ese momento. Cuando me pongo delante de la cámara nunca sé cuál va a ser el resultado, es un proceso intuitivo y libre.
Soy feliz conectando con la gente a través de mis fotografías, que se vean reflejadas en ellas me llena el alma y es mi estímulo para seguir creando.