A medida que estos personajes vulnerables -cada uno de ellos es un capítulo de la misma historia- caen de cabeza en esta nueva realidad, crean lazos muy fuertes entre sí.
«Aquí estoy, en medio de los ancianos, aquellos que están en los retratos, descansando en sus no-vidas, estáticos para la eternidad y que de repente, sin saber cómo ni por qué (como esos presos que salen de la cárcel tras toda una vida encerrados), se encuentran reapareciendo en una realidad que no entienden, en escenarios que no conocen, con animales jamás vistos y rodeados de objetos cuya utilidad desconocen, convirtiendo así el pasado en algo extremadamente imprevisible.
Por supuesto, a medida que estos personajes vulnerables -cada uno de ellos es un capítulo de la misma historia- caen de cabeza en esta nueva realidad, crean lazos muy fuertes entre sí, hay quien se quiere, quien se odia, hay intriga, celos, misterio y pasión, hay amigos para toda la vida y también enemigos eternos.
Así pues, le toca al espectador intentar descubrir la relación que se ha establecido entre cada uno de ellos.
Que empiece el juego».