La humanidad se torna una parte armoniosa de la biosfera
Ksenia construye su imaginario escultórico a través de una de las formas más antiguas de obtener el material textil ya existente en la prehistoria, incluso antes de la invención del tejido. Combina la antigua tradición del fieltro que existe en muchos pueblos asiáticos y nórdicos con un diseño futurista al estilo biopunk, un concepto que desarrolla la idea de un mundo futuro, donde apoyado en descubrimientos científicos, la humanidad se torna una parte armoniosa de la biosfera.
En sus piezas aúna contemporaneidad y tradición a través de elementos naturales insertados, como la madera o el cristal. Cargándolas de simbolismo trata de trasladar al espectador una versión de la historia de la humanidad en la que nada es superfluo, donde es necesario reencontrar un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza.
Shinkovskaya crea criaturas cuya existencia es una reutilización, que inherentemente adopta nociones del embrujo, lo fantasmal y lo misterioso. Sus obras evocan algo conocido pero no familiar, y cada observador localiza la extrañeza en lo bello, en lo cotidiano, en los lugares que olvidamos mirar y en el subconsciente construido a través de sus propias experiencias.