La fotografía se convirtió para ella en los ojos con los que nunca supo mirarse
La fotografía ha estado muy presente en su vida desde que era muy pequeña al estar constantemente por las cámaras de su padre. Desde la preadolescencia comenzó a capturarse a sí misma con constancia, casi como un juego. Se exploraba, capturaba su rostro desde distintos ángulos, posiciones, luces, espacios y los escrutaba al milímetro.
La fotografía se convirtió para ella en los ojos con los que nunca supo mirarse.
El culmen de toda esta travesía llegó cuando descubrió que, más allá d lo físico, a través de la fotografía podía expresar sus sentimientos.
Su obra explora lo insólito, lo imposible, así como la plasmación de las emociones en un movimiento congelado, la captación de un momento, el dolor, la alegría, el esfuerzo, la soledad, lo mágico, etc. La emoción hecha imagen.