A través del juego lumínico de luces y sombras, de foco y contraluz, en una puesta en escena casi teatral, el conjunto de mi obra hunde sus raíces en un lenguaje surrealista, onírico, simbólico que lanza sin filtros y sin que medien razones, ni razón, las imágenes que rescato de los recovecos del inconsciente.